viernes, 10 de agosto de 2012

SI DESCENDIERAS..

Si se rasgaran los cielos
y descendieras a la tierra;
Si se corriera el telón
y viera la luz de tu mirada,
extasiado en un eterno abrazo
consumiría mis dias..



jueves, 9 de agosto de 2012

SOLO EN EL SILENCIO

Perdimos el Don de escuchar,
y en el tumulto de tantas palabras,
nos hemos hecho incapaces
de escuchar la voz de la verdad....
Hagamos silencio,
que hable el Señor...

miércoles, 8 de agosto de 2012

DOMINGO....



Santo Domingo de Guzmán...
Maestro de la Verdad
y discípulo orante de Jesús,
enciende en la vida de tus hijos e hijas
el fuego del verdadero amor.
Haz que arda en nuestros corazones
el deseo de anunciar el Nombre de Jesucristo
y de proclamar su fidelidad con nuestra vida.
Revélanos el secreto de tu intimidad con Dios
y ayúdanos a vivir sumergidos/as en el Misterio,
iluminando las realidades presentes de este mundo

lunes, 6 de agosto de 2012

ENSEÑAME



Señor...
que yo nunca rece
para ser preservado de los peligros,
sino para alzarme ante ellos
y mirarlos cara a cara.

Que no pida la extinción de mi dolor,
sino el coraje que me falta
para sobreponerme a él.

Que no te implore,
espantado mi salvación,
y que tenga la fe
necesaria para conquistarla.

Ayúdame a no ser ingrato:
pues sólo a tu misericordia
debo todos mis triunfos.

Y si sucumbo,
acude a mí con tu brazo fuerte.
¡Y dame la paz, y dame la guerra!

Rabindranath Tagore

AYUDAME...


Ayúdame, oh Señor,
a que mis ojos sean misericordiosos,
para que yo jamás juzgue según las apariencias,
sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis oídos sean misericordiosos,
para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo
y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor,
a que mi lengua sea misericordiosa,
para que jamás hable negativamente de mi prójimo,
sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis manos sean misericordiosas
y llenas de buenas obras, para que sepa hacer sólo el bien.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos,
para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo,
dominando mi propia fatiga y mi cansancio.

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso,
para que yo pueda aliviar los sufrimientos de mi prójimo.

Santa Faustina Kowalska.