lunes, 6 de agosto de 2012

AYUDAME...


Ayúdame, oh Señor,
a que mis ojos sean misericordiosos,
para que yo jamás juzgue según las apariencias,
sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis oídos sean misericordiosos,
para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo
y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor,
a que mi lengua sea misericordiosa,
para que jamás hable negativamente de mi prójimo,
sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis manos sean misericordiosas
y llenas de buenas obras, para que sepa hacer sólo el bien.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos,
para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo,
dominando mi propia fatiga y mi cansancio.

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso,
para que yo pueda aliviar los sufrimientos de mi prójimo.

Santa Faustina Kowalska.