ENSEÑAME
Señor...
que yo nunca rece
para ser preservado de los peligros,
sino para alzarme ante ellos
y mirarlos cara a cara.
Que no pida la extinción de mi dolor,
sino el coraje que me falta
para sobreponerme a él.
Que no te implore,
espantado mi salvación,
y que tenga la fe
necesaria para conquistarla.
Ayúdame a no ser ingrato:
pues sólo a tu misericordia
debo todos mis triunfos.
Y si sucumbo,
acude a mí con tu brazo fuerte.
¡Y dame la paz, y dame la guerra!
Rabindranath Tagore