Venimos a buscarte en nombre
de muchos enfermos del almaque se debaten entre el bien y el mal.
Llegamos a TI en nombre
de los agonizantes
que a lo largo de su vida
te han ignorado y despreciado.
Nos acercamos a tu puerta en nombre
de los grandes pecadores y de los ateos,
de los padres que olvidaron sus deberes,
de las madres que abortaron a sus hijos,
de los esposos que traicionaron su juramento,
de los hijos perdidos en la droga.
Hemos venido también en nombre
de las almas buenas y generosas,
de los sacerdotes y los consagrados,
de los ancianos y niños abandonados,
de los políticos y educadores,
de los que tienen hambre y sed de justicia.
Para todos ellos y para nosotros también
te pedimos que derrames en nuestras almas
tu Divina Misericordia