viernes, 10 de febrero de 2012

APARICIONES EN LOURDES


Bernardita salvo la inocencia de su corazón, en nada se diferenciaba de los niños
de su edad.Un día el Párroco de la Aldea, al verla tan inocente dijo....
"Así deben ser los niños a los que se aparece la Virgen"; no sabía el Sacerdote
que sus palabras eran una profecía y que la Virgen se le aparecería a la niña
no una, sino 18 veces.

La primera aparición tuvo lugar el día 11 de febrero de 1858.
Bernardita con sus amigas se habían puesto en camino hacia las 11 de la mañana
y cogiendo ramas llegaron frente a la Gruta. Las compañeras de Bernardita se descalzaron
y atravesaron el río Gave. Ella dudaba mojarse los pies pues además del asma que padecía,
estaba acatarrada. Por fin se resolvió y apoyada en una piedra se inclinó para descalzarse,
cuando un ruido extraño, como de un fuerte viento, la hizo volver la cabeza; cosa rara,
las copas de los árboles estaban quietas. Me habrá equivocado, pensó y volvió a inclinarse
para quitarse las medias, pero aquel ruido extraño volvió a oírse en la gruta.

Bernardita mira hacia ella y queda estupefacta; en medio de una luz espléndida como la del sol,
pero apacible y suave como venida del cielo, Bernardita ve a una Dama hermosa,
en todo el esplendor de la juventud; vestía una túnica blanca toda resplandeciente
que le llegaba hasta los pies, anudada a la cintura con un lazo flotante de color azul.
Un largo velo como la túnica cubría su cabeza y envolviendo su cuerpo caía hasta el suelo.
La niña estaba estática de emoción, no podía dar crédito a lo que veía y la Dama le sonreía inclinándose corno para saludarla.

Bernardita busca la cruz de su rosario y quiere levantar su mano para hacer la señal de la cruz,
pero su brazo no la obedece. La Dama toma entonces la cruz de su rosario y hace un gran signo
de la cruz, sonríe a la niña como invitándola a hacer lo mismo, ella la imita y su mano obedece
en seguida. La Dama se inclina, sonríe dulcemente a la niña como diciéndole adios y desaparece.

En la tercera aparición, Bernardita, pide a la Señora que le escriba su nombre y lo que desea,
a lo que Ella contestó: "Lo que tengo que decirte, no hay necesidad de escribirlo, hazme favor solamente, de venir aquí durante 15 días y yo te prometo hacerte feliz no en esta vida,
sino en la otra". la Dama mandaba siempre a Bernardita que hiciera penitencia por los pecadores
y que pidiera en su nombre a los Sacerdotes, que edificaran un Santuario al que debía irse
en procesión.

El jueves 25 de febrero, la Virgen le dijo: "Bebe del agua de la fuente y lávate con ella y come las hierbas que están aquí". Bernardita fue hacia el Gave, pues nunca había habido en la gruta ninguna fuente, pero la Virgen le dijo: "No vayas allá; ven a la fuente que está aquí" y con el dedo señaló el lugar. Bernardita rascó el suelo haciendo un agujero en el lugar señalado y repentinamente la cavidad formada se humedeció y apareció el agua que pronto la llenó. El agua que brotaba de la fuente nueva comenzó a correr y ese día tan solo humedeció la arena. Bernardita, sin saberlo, había abierto la fuente maravillosa de las curaciones y los milagros.En pocos días brotaba límpido y puro un chorro como del grueso del brazo de un niño y desde entonces se conserva constante, dando 85 litros por minuto, es decir, 122 metros cúbicos por día.

Primer milagro
Louis Bourriete, quedo ciego por un accidente de trabajo. El sabía de las cosas maravillosas
que pasaban en la gruta y sobre la fuente milagrosa que había brotado, y así dijo a su hija:
"Ve a traerme de esa agua, que si la Virgen quiere, bien puede curarme". Con el agua,
frotó sus ojos perdidos mientras oraba fervorosamente y pronto las tinieblas que hacía 20 años
lo tenían ciego, se desvanecieron quedando una bruma que se fue disipando a medida que
Bourriete se lavaba los ojos hasta que pudo distinguir perfectamente los objetos.
¡Estoy curado! decía al día siguiente al doctor Dozores que lo atendía. El doctor, dudando,
saca su agenda escribe algo que da a leer a Bourriete y éste lee. "Bourriete tiene una amaurosa incurable de la que no sanará".-No puedo negarlo- dice el doctor estupefacto;- es un milagro,
un verdadero milagro-.El Dr. Dozores era un reconocido médico
de Lourdes

El último de los 15 días se obró otro gran milagro.
Un pequeño niño llamado Justino se moría paralítico en una pobre casa de Lourdes. Entrado en agonía, la madre tenía esperanza sobre toda esperanza. Tomó en sus brazos el cuerpo rígido de su hijo y corrió a la gruta. Todavía había frente a la gruta cerca de 600 personas. La madre cayó de rodillas y con su niño moribundo en los brazos oró con fervor. De rodillas fue hasta la fuente y sumergió en las aguas el cuerpo de su hijo. Hacía mucho frío; algunos de los presentes trataron de impedir lo que la madre hacia, pues pensaban que estaba loca y que mataría a su hijo, pero los espectadores creyendo que el niño estaba muerto la dejaron hacerlo.Cerca de un cuarto de hora tuvo el cuerpo del niño dentro del agua helada; luego lo sacó y envolviéndolo en su delantal lo llevó a su casa, llena de esperanza. Ahí lo acostó en su cuna arropándolo con cuidado. Poco tiempo después notó que el niño respiraba. Toda la noche continuó la respiración fuerte y regular y dos días después, al regresar la madre a casa donde había dejado a su hijo dormido vió con sorpresa que el niño paralítico antes, corría alegremente de un lado para otro. Este milagro fue constatado por 3 médicos de Lourdes

En la fiesta de la Anunciación, Bernardita fue a la gruta y se encontró una enorme cantidad
de personas. Empezó a rezar su Rosario y de pronto su semblante transfigurado anunciaba
la celestial visión. Bernardita como siempre lo hacía, dice a la Dama: "Oh Señora,
tened la bondad de decirme vuestro nombre". Varias veces Bernardita repitió la pregunta
y al fin la Dama, elevó juntas las manos, y fijando su mirada en la Gloria del Cielo, dijo:
"YO SOY LA INMACULADA CONCEPCION"

Bernardita no comprendió el nombre que la Virgen le daba y fue a decírselo al Cura, quien nunca antes había dado crédito a las palabras de Bernardita, pero que, al oírla ahora, comprendió, que eran reales las apariciones, así como que la Señora que se había aparecido era la Virgen María, la Madre de Dios. De entonces en adelante, brotarán de la fuente innumerables curaciones maravillosas

El 5 de abril, Bernardita de rodillas contemplaba a la Reina de los cielos, teniendo con una mano un cirio Sin darse cuenta, unió sus manos que quedaron enlazadas sobre la llama del cirio que pasaba a través de sus dedos. Un médico que estaba cerca, observó el caso; sacó su reloj y durante más de un cuarto de hora vio pasar entre los dedos de la niña la llama del cirio; al fin separó sus manos y el doctor las examinó: Estaban intactas. Aquel prodigio dejó una impresión profunda en más de 9,000 personas.

Fue este el último día en que la Virgen manifestó su presencia a las multitudes haciendo brillar el reflejo de su esplendor sobre el rostro angélico de aquélla niña transfigurada en éxtasis.
(ewtn.)

miércoles, 8 de febrero de 2012

POCAS PALABRAS






En el silencio y en la soledad,
la oración se purifica de muchas palabras
y se eleva desde la pureza e intimidad del corazón hacia DIOS
dando forma a una verdadera y profunda vida interior.