lunes, 13 de septiembre de 2010

LOS OJOS


Mis ojos, mis pobres ojos,

que acaban de despertar,
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.
Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes Tú.
Que cuando llegue el dolor
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor
ni se me nuble la paz.
Sostén ahora mi fe,
pues cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará.















José Luis Martín Descalzo