Frente a los designios de Dios,
nuestra actitud debe ser la confianza;
entregarnos a Dios, poniendo en sus manos
nuestra persona, nuestras opiniones,
para aceptar las suyas con toda humildad..
Dios ejerce su absoluta soberanía
y guarda el derecho de disponer todo
como a EL le parece mejor para nuestro bien..
EL es la Alfa y la Omega de todas las cosas,
y como tal debemos arrojarnos en sus brazos,
como un hijo en los brazos de su madre
que se deja mover a merced de ella..
De manera, pues, que esta voluntad divina
nos conduzca por largos caminos de rosas
o por senderos escarpados erizados de espinas,
siempre será la adorable y amorosa voluntad
de Dios.....de nuestro Dios y Señor...
Dom Columba Marmion
