Glorioso Príncipe de la Corte del Cielo.
Excelentísimo Arcángel San Miguel,
defensor de la Iglesia y abogado de los hombres:
pues tanto favorecéis a vuestros amigos,
haced que yo sepa confiar en Ti,
y alcanzadme del Señor la Gracia
de nunca apartarme del camino del bien,
para mayor honra y gloria de Dios
y provecho y salvación de mi alma...
