miércoles, 7 de marzo de 2012

CONCEDEME


Concédeme, SEÑOR y DIOS mio, que no peque en la felicidad por arrogancia,
en las contrariedades por pusilanimidad; que en nada me alegre,
en nada me entristezca fuera de aquello que me lleve a TI o me aparte de TI;
que no desee agradar o tema desagradar a nadie fuera de TI.
Concédeme, que me parezcan despreciables todas las cosas terrenas
y apetecibles todas las eternas. Hazme, SEÑOR, obediente sin contradicción,
pobre sin mezquinos sentimientos, casto si perturbación de la pureza del alma,
paciente sin lamentación, humilde sin simulación, serio sin rigidez,
caritativo sin soberbia ni hipocresía. Dame, SEÑOR, un corazón valiente
que no se desvíe de TI , un corazón noble que no se deje arrastrar por las miserias,
un corazón recto que no se incline a la maldad, un corazón firme que no se quebrante
ante ninguna tribulación y un corazón libre que no se deje vencer por las pasiones violentas.


Sto. Tomás de Aquino