Nacida en Siracusa, de padres nobles y ricos, fue educada en la fe cristiana.
Perdió a su padre de niña y consagró su vida a Dios e hizo voto de virginidad.
Su madre enferma, la comprometió a casarse con un joven pagano y ella,
para librarse del compromiso, la persuadió que fuese a rezar a la tumba de Santa Águeda
a fin de curar su enfermedad. Su madre sanó y Lucía le pidió que la liberase del compromiso
y le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los pobres.
Su madre acepto, pero su pretendiente la acusó ante el procónsul Pascacio de cristiana,
en tiempos del emperador Diocleciano.
En el juicio, se intentó que abandonara la fe cristiana y adorara a dioses paganos,
pero Santa Lucía no accedió, por lo que fue decapitada.
Es Patrona de la Vista debido que cuando Santa Lucía estaba en el tribunal,
ordenaron que le sacaran los ojos, pero ella siguió viendo.
También es Patrona de ciegos, y de niños enfermos.
Perdió a su padre de niña y consagró su vida a Dios e hizo voto de virginidad.
Su madre enferma, la comprometió a casarse con un joven pagano y ella,
para librarse del compromiso, la persuadió que fuese a rezar a la tumba de Santa Águeda
a fin de curar su enfermedad. Su madre sanó y Lucía le pidió que la liberase del compromiso
y le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los pobres.
Su madre acepto, pero su pretendiente la acusó ante el procónsul Pascacio de cristiana,
en tiempos del emperador Diocleciano.
En el juicio, se intentó que abandonara la fe cristiana y adorara a dioses paganos,
pero Santa Lucía no accedió, por lo que fue decapitada.
Es Patrona de la Vista debido que cuando Santa Lucía estaba en el tribunal,
ordenaron que le sacaran los ojos, pero ella siguió viendo.
También es Patrona de ciegos, y de niños enfermos.
