jueves, 18 de agosto de 2011

JUVENTUD


Queridos jóvenes,
la felicidad que buscáis,
la felicidad que tenéis derecho de saborear,
 tiene un rostro: el de Jesús de Nazaret,
oculto en la Eucaristía.
Sólo él da plenitud de vida a la humanidad.
‘Quien deja entrar a Cristo
en la propia vida
 no pierde nada, nada,
absolutamente nada
de lo que hace la vida libre,
bella y grande.
¡No! Sólo con esta amistad
se abren de par en par
 las puertas de la vida.
Sólo con esta amistad se abren
realmente las grandes potencialidades
de la condición humana.
Sólo con esta amistad
experimentamos lo que es bello
 y lo que nos libera’.
Estad plenamente convencidos:
Cristo no quita nada
de lo que hay de hermoso
y grande en vosotros,
sino que lleva todo a la perfección
 para la gloria de Dios,
la felicidad de los hombres
y la salvación del mundo”.
Benedicto XVI