domingo, 3 de octubre de 2010

MEDITACION XLVII (La Luz Invisible)

No hay mejor prueba psicológica
de la existencia de DIOS
que ese desprecio con el que los ateos
como Nietzsche o Sartre hablan del hombre..
Los que quieren eliminar a DIOS
en beneficio del hombre son luego los que menos
 perdonan al hombre el no ser DIOS.
En el fondo, nada más lógico que esta contradicción aparente.
Todos tenemos sed de una plenitud
y de una pureza que lo humano no puede darnos,
todos tenemos sed de lo divino.
El que cree en DIOS
puede ser indulgente con las miserias del hombre
porque sacia a mayor altura su sed de eternidad.
Pero el que no cree, más que en el hombre
cuando ha tragado ya suficiente barro y de agua sucia,
se vuelve con toda la fuerza de su sed frustrada
contra ese rió impuro y venga la muerte de DIOS
en el hombre divinizado.
Gustave Thibon