La Santa Misa
es el acto de culto
perfecto a Dios,
tanto por su perfección
como por su alcance.
El Sacrificio de la Misa
es el mismo
Sacrificio del Calvario,
en que se ofrece Jesucristo
para la salvación de la humanidad.
Siempre el alma
necesita de gracias,
y el mejor medio
para conseguirlas
es asistir a Misa,
orar en comunión con Cristo,
y ofrecer al Eterno Padre
los méritos infinitos
del Sacrificio de su Hijo
en la Cruz.
Cuanto mayores
han sido tus pecados,
mayor necesidad tienes
de ir a Misa para repararlos.
EL lo puede todo....
EL lo suple todo...
Una sola Misa
es capaz de borrar
los pecados
de toda la humanidad.
Haz de tu vida
una preparación continua
para asistir dignamente
al Santo Sacrificio del Altar.
P. Juan Rey
Jesuita
