Dios es el Escritor. La Vida es la Obra.
El Mundo es el Teatro y Nosotros los Actores.
Con nuestra libertad, decidimos qué papel representaremos,
malo, mediocre, muy bueno,.
malo, mediocre, muy bueno,.
Dios nos pone libreto, obra y escenario, depende de nosotros
hacer de una representación digna o bochornosa.