La Paz es reflejo de Dios y no avanzaremos en el camino de la perfección
si no nos empeñamos en vivir en una Paz santa e inalterable. Ella es simplicidad del Espiritu, serenidad de la mente, tranquilidad del alma,
orden y armonia entre todos nosotros, goce continuo que nace
de la certeza de la buena conciencia.
La Paz del corazón es indicio seguro de la presencia Divina
y es camino seguro de Salvación.
San Pio de Pietralcina