La Paz es un reflejo de Dios
y no se la posee si el alma no está en armonía con Dios.
No avanzaremos ni un paso en la virtud,
si no nos empeñamos en vivir
en una Paz santa e inalterable.
Dulce es el yugo de Jesus , liviano su peso,
por lo tanto, no demos lugar al enemigo
para insinuarse en nuestro corazón
y robarnos esta Paz.
La Paz es simplicidad del Espiritu,
serenidad de la mente, tranquilidad del alma,
vinculo del amor, es la armonía entre todos nosotros,
ella es un goce continuo, que nace
de la certeza de la buena conciencia,
siendo el camino más seguro de la perfección.
El enemigo de nuestra salvación sabe muy bien
que la Paz del corazón es un indicio
seguro de la presencia Divina...
Padre Pio
