lunes, 27 de junio de 2011

SOCORRO PERPETUO

Santísima Virgen María,
que para inspirarme confianza
habéis querido llamaros
Madre del Perpetuo Socorro!
Yo os suplico me socorráis
en todo tiempo y en todo lugar;
en mis tentaciones, después de mis caídas,
en mis dificultades, en todas las miserias de la vida
y sobre todo, en el trance de la muerte.
Concédeme, ¡oh amorosa Madre!,
el pensamiento y la costumbre
de recurrir siempre a Vos;
porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocaros,
Vos seréis fiel en socorrerme.
Alcanzadme, pues, la gracia de acudir a Vos
sin cesar con la confianza de un hijo,
a fin de que obtenga vuestro perpetuo socorro
y la perseverancia final.
Bendecidme y rogad por mí ahora
y en la hora de mi muerte
 Amen.