viernes, 16 de abril de 2010

MEDITACION XI

El Salvador no sólo viene a liberarnos de la sujeción
de la fatalidad, del irresistible encadenamiento de las causas
conocidas y desconocidas, de los golpes del infortunio,
sino que viene a liberarnos del pecado, de la injusticia
respecto de DIOS y de los hombres.....viene a justificarnos
y a prometernos, no como un hermoso riesgo que hay que correr,
sino con absoluta certeza, la vida futura del orden natural,
y además la vida eterna de orden sobrenatural, participación
de la vida íntima de DIOS.....verle como EL se ve y amarle
como EL se ama.

P. R. Garrigou Lagrange